¿Quién se ha deleitado con admirar la arquitectura de una iglesia
colonial o una casa antigua? ¿Qué vino no ha demostrado ser mejor cada vez que
transcurren los años? Esos detalles donde el constante paso del tiempo es una
característica que nos ayuda a discernir
sobre el presente. Descubrir en esos detalles del pasado que lo valioso
no estaba en la prontitud ni lo inmediato, sino en la paciencia y la constancia
de una labor metódica y completa.